2. La Generación del 98.

Una generación literaria, definida tal cual, es un concepto historiológico con el que se trata de comprender y explicar el paso de un sistema de creencias, intereses artísticos, culturales, sociales o políticos, y actitudes al enfrentar la vida, a otro sistema innovador y coherente. 

En 1934, con la conferencia de Pedro Salinas sobre "El concepto de generación literaria", se fijó definitivamente su concepto aplicado ahora a la generación del 98, que se trata de un término eminentemente histórico−social que tiene una repercusión determinante sobre un grupo de autores literarios preocupados por la marcha que España había tomado desde unos años atrás hacia la decadencia. En esos años, en el territorio español pasaban muchos acontecimientos como el desastre del 98, cuando España perdió sus tres territorios de ultramar. 

Para que creara esa generación literaria, los autores debían tener ciertos aspectos en cuenta: 

Los autores deben ser de edades similares: es decir, que entre la fecha de nacimiento del mayor de ellos y del menor, no debe existir una diferencia de más de 15 años.

Deben tener una formación intelectual semejante: todos estos autores recibieron las mismas influencias, así como unas preocupaciones comunes. El liberalismo era común a la mayoría de ellos; todos mostraron interés en mayor o menor medida por el Desastre del 98.

Hecho generacional que los agrupe: sin duda, el Desastre del 98 es ese hecho en torno al cual se reúnen estos autores al menos desde un punto de vista temático e ideológico.

Lenguaje y estilo comunes y opuestos a la generación anterior: los del 98 se rebelan contra la prosa inflada y grandilocuente de finales del siglo XIX y responden con unas obras claras y luminosas donde la lengua se estructura en párrafos cortos formados, en su mayoría, por oraciones simples, de manera que la comprensión del mensaje se facilita bastante.

Existencia de un jefe o guía espiritual: Miguel de Unamuno es la figura que podemos considerar guía de este grupo.

Lenguaje generacional: había dos características esenciales en el lenguaje del 98, el antirretoricismo y el antibarroquismo. Esto se dio mucho en Baroja y Azorín.


Caricaturas de algunos autores de la Generación del 98. 

Los autores que componen esta generación son Miguel de Unamuno, Ángel Ganivet, Pío Baroja, José Martínez Ruiz Azorín, Ramiro de Maeztu, Antonio Machado y Ramón María del Valle−Inclán. (Estos dos últimos, también son incluidos en el Modernismo). Todos estos autores provienen de la periferia y coinciden en Madrid.


Estos autores evolucionan desde el compromiso social y político de su juventud hasta la escapatoria por medio de la literatura a medida que van envejeciendo.  

Azorín poseía de joven una ideología anarquista, pero posteriormente, evolucionó a posturas conservadoras. Baroja se mostraba contrario a todo, era anticlerical, antimilitarista, anticristiano, antijesuita, antimasón, antisocialista y anticomunista. Unamuno estaba afiliado al partido socialista y Maeztu se consideraba anarco−socialista.



2.1 Rasgos característicos de la Generación del 98 

Los rasgos son los siguientes: 

* Los antecedentes del grupo, se encuentran en pensadores más que en autores liteararios como los liberadores reformistas o regeneracionistas. 

* Los autores de dicha generación poseen una evolución en cuanto a las posturas políticas. Depende de los autores como se ha comentado anteriormente, pasan de tener posturas juveniles radicales a posturas conservadoras en su madurez. 

* La actitud y el pensamiento que tenían era sumamente diferente al de los modernistas. Los noventayochistas se preocupaban de los problemas sociales y culturales que tenía España en ese momento que les conduce a reflexionar sobre la sociedad española del momento. 

* El tema fundamental de las obras literarias era España. En muchas obras encontramos abundantes descripciones y críticas de los pueblos españoles a causa del pensamiento que tenían. Miguel de Unamuno es quien plantea este tema principal , habla del alma de España y el amor hacia este país. A raíz de esto, los autores empiezan a analizar las causas del mal estado del país mendiante tres temas fundamentales: 

1. Paisaje: Viajaron por toda España y describieron todo tipo de paisajes especialmente Castilla ya que decían que Castilla simbolizaba a toda España. (El eje del paisaje es Castilla por ser representante de la esencia española). 

2. Historia: No se interesan por la historia que recrea las grandes batallas mundiales o los grandes hombres, si no que ellos se interesan por las historias de los pueblos y sus ciudadanos, así como las costumbres que tenían o el trabajo que realizaban cada día. 

3. Literatura: Se interesan mucho por la literatura española anterior a ellos y así por su interés especial en los clásicos españoles como el Poema del Mío Cid, El libro del buen amor... 

* La crisis del fin de siglo les marca mucho en su pensamiento. Refleja todo tipo de preocupaciones que tenían estos autores como el sentimiento de angustia, la desconfianza... 

* En este movimiento, predomina la prosa, aunque existe la lírica que va algo ligada con el Modernismo. El género más utilizado entre ellos era el ensayo aunque se tiene que destacar la renovación de la novela. 


Miguel de Unamuno, uno de los grandes ensayistas de la generación. 

* Los autores tenían un estilo marcado por la sencillez. Rechazan la retórica y el prosaísmo, introducen palabras que están en desuso en sus obras porqué las ven como una muestra del pasado que hay que conservar, tienen una visión emotiva e intelectual y así como los autores románticos, relacionan el paisaje con sus estados de ánimo. 





2.2 Autores importantes de la Generación del 98 


Podemos decir que pertenecientes a este movimiento literario, encontramos a cuatro autores importantes, dos de los cuales también se incluyen en el movimiento del Modernismo. 


Los autores son los siguientes: 


* Miguel de Unamuno: 


(Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) Escritor, poeta y filósofo español, participó en la Generación del 98. Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y letras en la universidad de Madrid, época donde leyó a Herber Spencer, Friedrich Hegel, Karl Marx… Se doctoró con la tesis Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca. Poco después accedió a la cátedra de lengua y literatura griega en la universidad de Salamanca.

Sus preocupaciones intelectuales se centraron en las cuestiones éticas y los móviles de su fe. Desde el principio trató de articular su pensamiento sobre la base de la dialéctica hegeliana. Más tarde acabó buscando en las intuiciones filosóficas de otros filósofos como vías de salida a su crisis religiosa.

Caricatura de Miguel de Unamuno. 
Sus contradicciones personales y las paradojas que afloraban en su pensamiento actuaron impidiendo el desarrollo de un sistema coherente, de modo que hubo de recurrir a la literatura. Esa angustia personal y su idea básica de entender al hombre como "gente de carne y hueso", y la vida como un fin en sí mismo se proyectaron en obras como En torno al casticismo (1895), Mi religión y otros ensayos (1910), Soliloquios y conversaciones (1911) o Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos (1913).

Practicó todos los géneros. Sus cualidades como poeta fueron infravaloradas durante mucho tiempo, aunque en la actualidad se le tiene por uno de los grandes líricos del siglo XX. Es una poesía que se caracteriza por su gran riqueza de pensamiento; los principales libros son: Poesías (1907), Rosario de sonetos líricos (1911), El Cristo de Velázquez (1920), Romancero del destierro (1928) y el Cancionero póstumo, diario poético que fue publicado en 1953 y recoge poesías escritas entre 1928 y 1936.

También es autor de importantes novelas. Figura Unamuno entre los más decididos renovadores de la novela a principios de siglo que a él le servía como cauce adecuado para la expresión de los conflictos existenciales.

Su primera novela fue Paz en la guerra (1897) , una novela histórica sobre la última guerra carlista. Con Niebla (1914) inicia lo que él denominó nivolas: frente a la novela tradicional presenta nuestro autor el enfrentamiento de las almas, de las pasiones humanas, sin paisajes, ambientes ni costumbres. Niebla plantea el problema de la existencia y la personalidad. El protagonista, Augusto Pérez, se rebela contra el propio Unamuno, porque se da cuenta de que no es más que un ser de ficción, manejado al capricho del autor, y le recuerda que también él, Unamuno, como ser humano, depende del capricho de Dios. En 1917 publicaría Abel Sánchez y en 1921 La tía Tula . Su obra maestra llegaría en 1931, San Manuel bueno mártir . Esta es la dramática historia del párroco de una aldea perdida que, entregado ejemplarmente a su pueblo y manifestándose como un santo, oculta el tremendo desgarro interior de la duda en la otra vida.

Escribió también numerosos libros de ensayo: En torno al casticismo (1902), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), Por tierras de Portugal y España (1911), Andanzas y visiones españolas (1922), Del Sentimiento trágico de la vida (1922).

Las obras dramáticas más importantes: Fedra (1910), El otro (1926) y El hermano Juan (1934). Son el intento de un teatro de ideas que resulta excesivamente esquemático y falto de acción dramática.



* José Martínez Ruíz (Azorín):

(Monóvar, Alicante, 1873 - Madrid, 1967) Escritor español adscrito a la Generación del 98. Sus inicios estuvieron muy marcados por una sensibilidad de carácter anarquista y sus primeros títulos respondían a esa ideología: Notas sociales (1896), Pecuchet demagogo (1898).

Durante esos años viajó intensamente por tierras de la meseta castellana, con el propósito de conocer tanto su paisaje como la situación social de sus gentes, que entonces era de extrema miseria. Compartió, junto a R. de Maeztu y P. Baroja, una viva admiración por la obra de Nietzsche, así como doctrinas de carácter revolucionario. Se licenció en derecho y se dio a conocer enseguida a través de sus colaboraciones en la prensa. 

Una primera trilogía narrativa, compuesta por los volúmenes La voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904), constituye un extenso proceso de reflexión personal que lo llevó a cambiar radicalmente sus posiciones. Desilusionado, sus propias conclusiones lo llevaron a adoptar un ideario conservador al enfrentarse con algunos de los mitos finiseculares. En ese momento, su prosa despunta ya con fuerza por una extraordinaria valoración del objeto en sus mínimos detalles, claridad y precisión expositivas, frase breve y riqueza de léxico. Todo ello, en su tiempo, hizo que su obra supusiera una auténtica revolución estética, si se la compara con el grueso de la producción decimonónica.


José Martínez Ruiz, alias Azorín.


Para el propio Azorín el objeto primordial del artista no ha de ser otro que la percepción de lo "sustantivo de la vida". En consecuencia, pues, con este propósito de su particular técnica narrativa, y siguiendo de cerca los análisis que sobre la obra azoriniana desarrolló J. Ortega y Gasset, lo decisivo no está en "los grandes hombres, los magnos acontecimientos, las ruidosas pasiones [sino en] lo minúsculo, lo atómico". Técnica impresionista, pues, que aspira a ofrecer la esencia espiritual de las cosas mediante descripciones líricas en las que predomine la emoción delicada y atenta.

Impregnándose de estos valores, su narrativa se verá asaltada constantemente por la obsesión del tiempo, la serena contemplación del paisaje, de la historia, y una renovada sensibilidad ante los clásicos. En esta línea, aparecerán Los pueblos (1905), La ruta de Don Quijote (1905), Castilla (1912), Clásicos y modernos (1913), Al margen de los clásicos (1915) y Una hora de España (1924).

Sus ensayos narrativos y teatrales, poco apreciados por la crítica, conforman sin embargo otro de los grandes capítulos de su obra: Don Juan (1922), Doña Inés (1925), Old Spain! (1926), Brandy, mucho brandy (1927), Félix Vargas (1928) y Superrealismo (1929) son algunos de sus títulos más notables.

Azorín, que también escribió teatro, dio dos piezas que crean un vago ambiente de misterio: Lo invisible (1928) y Angelita (1930), de éxito más bien escaso. Su obra de vejez siguió presidida por los temas que dominan su visión del mundo: la irrealidad de la vida, el ámbito del arte, la nostalgia por el pasado de España: Madrid (1941), El escritor (1941) y París (1945) son tres de los títulos de esta etapa final. Académico de la lengua española desde 1928, lo esencial de su vida está recogido en sus Memorias inmemoriables (1940).



* Antonio Machado: 

Antonio Machado nació en Sevilla, pertenece a una familia culta. A los ocho años se trasladó a Madrid y estudió en la escuela de la Institución Libre de Enseñanza krausista. Vivió una juventud bohemia a la sombra de su hermano Manuel, que era más conocido. En 1907 empezó a trabajar de profesor de francés en el Instituto de Soria, allí conoció a Leonor Izquierdo, su mujer, quien al poco tiempo de casarse murió. Machado se fue a Baeza (Jaén), y posteriormente se trasladó a Segovia y a Madrid. Durante la guerra, manifestó su apoyo a la República y, más tarde huyó con refugiados republicanos y murió en Colliure, exiliado.

Fotografía de Antonio Machado. 
La obra de Antonio Machado supone la culminación de la lírica de principios del siglo XX, su trayectoria refleja la evolución de la poesía, que va del modernismo simbolista a la búsqueda de nuevas formas expresivas, y además, su estilo se caracteriza por la sencillez. En su trayectoria se distinguen 3 etapas:

• La primera etapa: Machado escribió Soledades (1903), más tarde ampliada con el nombre de Soledades, galerías y otros poemas (1907), se inscribe en el modernismo simbolista. Es una lírica intimista, ya que el poeta transmite sus propios sentimientos. El tema recurrente es el tiempo, y el estilo es sencillo. Su métrica es variada, pero predominan las formas populares como los romances o cuartetas.               
                
• La segunda etapa: se inicia con Campos de Castilla (1912). Es un periodo menos intimista y más histórico. Es una poesía más descriptiva, refleja un paisaje real, en general, son poemas reflexivos y de estilo más retórico.

• La última etapa: publicó Nuevas canciones (1914), fue una obra que defraudo a su público por su carácter irregular.



* Ramon Mª del Valle-Inclán: 

Ramón Mª Valle-Inclán nació en Villanueva de Arosa (Pontevedra) y murió en Santiago de Compostela. Tuvo una vida bohemia y aventurera, su figura responde al modelo de bohemio que cultiva lo extravagante, original y excéntrico.

Abandonó los estudios de derecho para trasladarse a Madrid y después a México, donde trabajó de periodista y se alistó en el ejército. Al volver a España vivió la bohemia del Madrid de 1900 y fue profesor de estética en la Escuela de Bellas Artes. En 1929 fue encarcelado por sus protestas en contra de Primo de Rivera.

Ramón Mª del Valle-Inclán con su mujer y su hija.

Valle-Inclán evoluciona desde el modernismo, un estilo embellecedor de la realidad, hacia el esperpento, una estética deformadora y desgarrada que se relaciona con el expresionismo, exagera los aspectos más estridentes y expresivos. Esto supuso una renovación dramática.

• La novela de Valle-Inclán parte de la estética modernista con las Sonatas, que narran las aventuras sentimentales de un marqués. La etapa intermedia está representada por La guerra carlista, una novela histórica desarrollada en una Galicia mítica. Culmina con El ruedo ibérico, por su contenido es una novela histórica, por su estética es un esperpento.

• La poesía se halla en la trilogía Claves líricas, los primeros libros son modernistas y el último muestra la estética esperpéntica.

• El teatro, la primera obra, El marqués de Bradomín, es modernista. El periodo intermedio trata un teatro mítico y las farsas. La última etapa se caracteriza por su estética del esperpento, donde se concentran sus mejores obras (Luces de Bohemia, Martes de Carnaval, etc), se mezclan rasgos trágicos y grotescos.

Valle-Inclán busca una perspectiva distanciada que supere la risa y el dolor, y que además, impida la identificación sentimental del público con la obra.



También encontramos al autor Pío Baroja, que lo desarrollaremos más adelante. 


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